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Lo influenciable, lo controlable y lo independiente

Foto por asifthebes
Cada día trae su afán, decían los abuelos. Si bien es cierto que no hay forma de vivir sin problemas, hay algunos tips sencillos que nos pueden ayudar a sobrellevarlos de una mejor manera y a definir una mejor forma de enfrentarlos y buscarles una solución. En otro artículo escribía sobre la naturaleza de las personas y de las cosas, y en éste me parece interesante compartir algo que aprendí hace mucho tiempo sobre la naturaleza de las situaciones.


En alguna página de internet ,de la cual les quedo debiendo el enlace para darle el crédito que se merece, encontré que existen tres tipos de situaciones en la vida:

Las controlables:
Son aquellas situaciones en las cuales tenemos el poder de hacer que algo suceda o no, ya sea mediante una orden directa o por medio de nosotros mismos. Por ejemplo, cuando decidimos no salir porque está lloviendo o decidimos ir al médico. Es importante detectar estas situaciones para no estar lamentando después el no hacer hecho o dejado de hacer algo, cuando teníamos por completo la decisión en nuestras manos.
Las influenciables:
Son las situaciones en las cuales, si bien no podemos dar una orden o actuar de manera directa, podemos hablar con alguien para que haga o deje de hacer algo, aunque la decisión por completo sea de la otra persona. Por ejemplo, cuando le recomendamos a un amigo no ir a un restaurante porque nos pareció malo o cuando le aconsejamos a alguien no ver una película porque no es de las que le interesen. La decisión siempre está en manos de la otra persona, pero si por lo menos no tratamos de ejercer influencia, luego nos lamentaremos por no haber aconsejado a alguien o haber recomendado algo cuando lo pudimos haber hecho.
Las independientes:
Son las situaciones que literalmente se salen de nuestras manos y que no hay manera directa o indirecta de hacer algo para lograr el resultado deseado. Son situaciones que por su naturaleza, sólo nos resta ser pacientes y esperar que todo salga a nuestro favor, o tomar medidas en caso contrario. En este tipo de situaciones, generalmente nos invade el desespero, pero nunca se debe olvidar que sin importar que tan preocupados nos pongamos las cosas que han de ser serán. Lo único que debemos tratar de controlar en estas situaciones es nuestro estado de ánimo.

El consejo final es que de una adecuada identificación de las situaciones, y las acciones que se tomen de acuerdo a su tipo, está el nivel de presión y estrés que traigamos a nuestras vidas, por eso:
  • Para situaciones controlables, no se deben tratar de influenciar o dejar que las cosas pasen, porque después lamentaremos no haber hecho lo suficiente.
  • Para situaciones influenciables, tratar de controlarlas es imposible y dejarlas pasar nos haría lamentarnos por no haber hecho algún intento.
  • Para situaciones independientes, tratar de controlarlas o influenciarlas nos generarán un nivel de estrés innecesario e inútil. Sólo nos queda ser pacientes y aceptar las cosas como son, para tomar las decisiones apropiadas.
Les dejo una última frase para que la tengan presente:
El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.William George Ward

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