Dona creatividad... dale una mano a las ideas de otros!

Foto por soho13

Ideas se nos ocurren a todos y diariamente, pero solo algunos cuentan con la fuerza para matener una idea viva lo suficiente como para poderla analizar y ejecutar. Es más común que en lugar de dejar fluir estas ideas, dejemos que nuestros prejuicios las eliminen. Esto como digo, nos sucede a todos. En algunas ocasiones dejamos que esta idea sobreviva lo suficiente como para que se la contemos a otros; ya sea buscando opinión, complemento o simplemente por conversar un rato. Es un buen ejercicio creativo ayudar a otro a dar forma y pulir una idea, además, esta práctica te puede ayudar a generar tus propias nuevas ideas y a aprender bastante.
Es una cruzada personal, la de no dejar que las ideas que me comparten, pasen sin que haga algunas recomendaciones, pero sobre todo sin motivar a quien genera las ideas a continuar el camino. Una idea es únicamente un concepto hasta que se hace algo con ella. Este mundo necesita personas que generen alternativas de solución, no solo a los problemas más famosos, sino que a veces una mejora en un proceso cotidiano puede generar grandes cambios. Te recomiendo que cuando alguien recurra a ti y te comparta una idea tengas en cuenta lo siguiente:

1. Anima al autor de la idea para que continúe el proceso. No dejes perder las buenas ideas y para ello éstas deben cumplir al menos un proceso mínimo de maduración, análisis, ejecución y descarte si es necesario. Hay muchas personas que requieren una motivación externa que les ayude a terminar lo que empezaron en su imaginación.
2. Haz las recomendaciones con respeto y tacto. Una idea es un fruto no únicamente de un proceso mental; hay un proceso emocional incluido en el proceso de creación, por lo que debes ser cuidadoso con los comentarios que hagas y si encuentras fallas o críticas importantes, debes encontrar siempre la mejor forma de decirlas. La empatía es muy importante; siempre recuerda como te gustaría que te dijeran las cosas.
3. Comparte tus conocimientos. Quien te comparte una idea, generalmente requiere puntos de vista adicionales a los propios. No seas egoista y pon tus conocimientos al servicio de quien te incluye en su proceso creativo.
4. Ayuda en la generación de nuevas ideas que mejoren la propuesta inicial. Similar al paso anterior, no limites tu ayuda a decirle a la otra persona únicamente lo que está bien o mal con su idea, si se te ocurre una solución a un punto negativo, compártela y si encuentras como potenciar un punto positivo, no dejes de exponerlo.
5. Sugiere herramientas o casos de estudio que puedan orientar la maduración de la idea. Si conoces métodos, textos o cualquier otro contenido relevante para cualquier fase del ciclo de vida de la idea, menciónalo. Muchas veces las historias o estudios de ideas similares son útiles para superar obstáculos conocidos.
6. Si ves aplicabilidad inmediata de la idea, involucra siempre a su creador en la propuesta. No robes nunca una idea; personalmente lo considero de muy mala suerte, si crees en supersticiones. No te gustaría que lo hicieran contigo, no lo hagas con nadie. Si puedes hacer uso de la idea en el corto plazo involucra al autor.
7. Ayuda a estructurar la presentación de la idea a terceros. A veces las ideas son alternativas de solución a un problema o son propuestas que se deben presentar a terceros para su aprobación; en este caso ayuda a diseñar la mejor manera de comunicar la idea y trata de que sea el autor quien la exponga; en caso de que requiera de tu ayuda y te lo solicitan, apoya el proceso, pero siempre reconociendo los créditos de cada integrante del equipo.
8. Aconseja con responsabilidad. Cuando te comparten una idea, puedes tener cierta influencia en su ciclo de vida, por lo que debes ser claro y honesto cuando encuentras fallas que pueden poner en riesgo su viabilidad. Como te decía antes, debes tener mucho tacto ya que una idea tiene un componente emocional que debes tener presente cuando tienes que enfrentar a su creador con la realidad. Mi consejo, en lo posible menciona y explica los riesgos de la idea y deja que quien te la comparte tome la decisión. Tu responsabilidad no es que la idea se ejecute o no; tu responsabilidad es hacer los aportes positivos o negativos y que quien sea el autor de la idea tome las decisiones. A veces te puedes sorprender con el efecto de la pasión creativa, porque el elemento emocional del creador de las ideas lo puede ayudar a veces a encontrar soluciones que tu no has visto.
9. No dejes que la idea se pierda sin el debido análisis. De nuevo, no dejes perder las ideas, y esto incluye no solo las tuyas sino también las de los demás. Nuestro mundo puede ser mejor no solo con tus ideas, sino también con las de otros y aunque a veces quisiéramos que se nos ocurriera todo; lo bello de la creatividad es que puede manifestarse de manera diferente y apoyarte desde la mente de cualquier persona conocida o no.

Espero que esta pequeña invitación te guste y que luego de leer esto, si no lo haces ya, ayudes a ese amigo tuyo que quiere emprender una nueva empresa, intentar una solución a un problema personal o laboral o al que simplemente se le ha ocurrido una locura para mejorar algo en tu empresa. Hay muchas personas que tienen ideas y a las que puedes ayudar a que se hagan realidad. La creatividad no es un acto de egoismo y cuando se comparte tiene demasiados beneficios.