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El proceso de toma de decisiones implica básicamente los siguientes pasos:
- Identificar y analizar el problema.
- Identificar los criterios de decisión y ponderarlos.
- Darle prioridad al problema.
- Generar múltiples ideas de solución.
- Evaluar las opciones de acuerdo a los criterios.
- Elegir la mejor opción.
- Ejecutar la decisión tomada.
- Evaluar los resultados obtenidos.
Podríamos mencionar varias decisiones comunes que podríamos intentar facilitar o incluso eliminar como son: la hora de levantarnos, la ropa a usar, los alimentos a consumir, las rutas de transporte a tomar en el día, la forma como atenderemos las interrupciones en el trabajo (correos, consultas de colegas, reuniones espontáneas, etc.), la forma como priorizaremos las actividades en el trabajo entre otras.
Entre las prácticas que se pueden usar para reducir las decisiones simples y el estrés de las mismas y estar en mejores condiciones para tomar las decisiones importantes están:
- Generar rutinas simples para algunos puntos de decisión. Por ejemplo definir rutas fijas para ir al trabajo o desayunar cada día de acuerdo a una dieta preestablecida.
- Predefinir criterios de selección para algunas opciones. Tomando el ejemplo anterior, podemos asociar alguna ruta al trabajo con el estado del clima.
- Definir en un solo momento la forma como vas a afrontar algunas decisiones simples. Podemos invertir por ejemplo un rato del domingo decidiendo que usaremos cada día de la semana, así no enfrentaremos esta decisión cada día.
- Delegar si es posible la toma de decisiones simples. Algunos podrían contar con la ayuda de alguien que les colabores seleccionando la ropa, el desayuno, la ruta al trabajo etc.
- Minimizar las alternativas de selección de algunas decisiones. Algunas personas podrían usar ropa de ciertos colores fáciles de combinar.
Si quieres compartir algunas ideas con nosotros, siempre serán bienvenidas.
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