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La ambición excesiva puede matar ideas. ¡Intenta poco a poco!

La energía positiva de la creatividad es realmente impresionante; tienes una idea, te enamoras de ella y a veces sin evaluar que tan grande pueda ser, te puedes llenar de un optimismo tan grande que te lleva a tratar de ponerla en práctica en todo su esplendor. Es nuestra creación, y por lo tanto es uno de nuestros bienes más preciados. Pero, a veces, no todo sale como te lo imaginaste y el fracaso puede aparecer dejándote con un sinsabor que puede frustrarte creyendo que la idea no era tan buena al fin y al cabo; esto a veces tiene un impacto muy grande en tu confianza creativa y esto es mucho más grave que el fracaso en sí. Dejar de creer en tí o dudar de tus capacidades nunca será bueno.

¿Qué habrá fallado? ¿Habré hecho algo mal? ¿Será que mis ideas no son tan buenas? La verdad, aunque estas preguntas aparecen de manera natural, no siempre tienen resultados muy constructivos. Respetando por supuesto cada caso, lo más importante es revisar la forma en como intentaste hacer realidad esa idea antes de juzgarla y desecharla.
Muchas veces la confianza en tus ideas y capacidades, sumada a la ambición, pueden conllevar a un optimismo extremo que evita que midas el tamaño real de lo que deseas hacer, el momento en el que lo quieres hacer y los recursos con que cuentas. Quizás puedes sentirte invencible y recordar esos miles de videos, libros, artículos, charlas, consejos etc. que te dicen "Eres capaz de lograr cualquier cosa"; pero a esta frase le sumaría algo y es "siempre que planees muy bien cómo lo puedes lograr".
Eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas, siempre que planees muy bien cómo lo puedes lograr.
 Es importante controlar ese desborde de energía positiva que genera una idea nueva y hacer al menos un leve análisis de la forma en la que puedes implementarla y los recursos que requiere. Si bien quisieras que todo funcionara con solo desearlo, siendo realistas no es así en el mundo real. Son muchas las buenas ideas que mueren prematuramente por haber sido intentadas en el momento equivocado, sin analizar los recursos requeridos e inclusive basando la obtención de condiciones críticas en la simple fé y confianza. Poniendo un ejemplo, puede que tengas una excelente y revolucionaria idea de negocio, pero con solo desearlo no van a aparecer los inversionistas tocando a tu puerta ni tu idea aumentará las probabilidades de ganarte la lotería. Debes planear como obtener los recursos.
Si una idea te genera este tipo de energía positiva, puede que valga la pena intentarla, pero siempre trata de concebirla en etapas; quizás pienses que esto no aplica a ideas pequeñas, pero para categorizarlas realmente como ideas pequeñas debiste de evaluarlas; no dejarte llevar por juicios prematuros. Al menos a mi me ha sucedido que algunas cosas terminan siendo más grandes de lo que se consideró en un principio y estoy casi que seguro que a ti también te habrá pasado.

El intentar una idea en etapas tiene varios efectos positivos:

  • Ayuda a detectar y mitigar riesgos importantes. Hay cosas que solo aparecen cuando estás en el campo de batalla tratando de hacer que tu idea funcione.
  • Las metas intermedias mejoran tu confianza en tu idea. A medida que pases cada etapa exitósamente, esa energía positiva aumentará y te ayudará a superar la etapa siguiente.
  • Permite ajustar la idea y mejorarla. Imagínate, fuera de que tu idea en principio era grandiosa, puede ponerse mucho mejor. 
  • Cosechas frutos a medida que progresas. Puedes ir obteniendo los beneficios de tu idea en un menor tiempo que si esperaras a montarla completamente.
  • Evalúas la oportunidad de tu idea. Puede que en una etapa inicial te des cuenta de que no es el momento para echar a andar tu idea; no por que no sea buena, sino que quizás no sea conveniente y pueda hacerse en otro momento mejor. 
Quizás se te ocurran otros beneficios de este proceso iterativo, pero lo mejor es que si en algún momento decides que tu idea no era tan buena como lo consideraste, o lo puedes detectar en una etapa temprana o quedas con la completa satisfacción de que la intentase correctamente y de que aprendiste de ello.
Ama tus buenas ideas, aprende de las que no lo son tanto y más aún intenta correctamente aquellas que consideres valiosas para que puedas obtener el beneficio que deseas para ti y los que pueda afectar positivamente. ¡No las dejes perder por una salida en falso!

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