Foto Pixabay |
Te voy a compartir solo algunas decisiones que he tenido que presenciar o experimentar. Lo que tienen estas decisiones en común es que siempre cuentan con un componente emocional que puede engañarte y hacerte buscar maneras de evitarlas; pero tristemente, a pesar de los posibles daños colaterales, es necesario tomarlas antes de que pierdas todo lo invertido en tu proceso creativo. Algunas decisiones difíciles son:
- Cancelar una idea para intentar una mejor: Esta decisión es difícil de aceptar porque se parece a un fracaso. La verdad es que ejecutar una idea determinada nunca debe convertirse en tu obsesión; tu verdadera misión es resolver un problema o satisfacer una necesidad, así que debes saber que si es necesario cambiar de idea para obtener un mayor beneficio, a veces es mejor hacerlo, a pesar de perder lo invertido, que seguir e implementar algo que no cumpla lo que deseas.
- Sacrificar la reina para ganar la partida: Existen procesos de solución de problemas o de generación de ideas, que en el camino te van mostrando que un elemento que considerabas vital o el más valioso componente de tu solución, no es tan importante y a veces para empeorar las cosas; tiende a consumir recursos y energía innecesariamente. Debes dejarlo ir. Lo duro es que esto puede ser a veces una persona o un activo al que le has invertido tiempo y quizás hasta inversión.
- Sacar a un miembro de tu equipo: Al decidir hacer realidad una idea, estimas los recursos requeridos y muchas veces en esta etapa involucras personas que crees pueden serte de utilidad. En el camino, varios de ellas pueden no ser necesarias, ya sea porque el camino de solución no las requiere o por conflictos que pueden afectar el equipo de trabajo. Debes garantizar que tu equipo cuente con las personas necesarias, pero sin cargas adicionales ya que esto puede generar conflictos al momento de hacer un balance de las responsabilidades de cada quien.
- Hacerte a un lado y dejar que otro siga con el proceso: Hay un momento muy crítico en el que te puedes dar cuenta que una gran causa para que no se encuentre la solución a un problema es tu presencia. Suena paradójico, pero muchas veces puedes estar resolviendo un problema para que cual no estás del todo preparado, o por lo menos no en las condiciones en las que se requiere. A a pesar de que te soliciten seguir y en la medida de lo posible, debes aceptar que hay personas más idóneas para encontrar una solución en el tiempo y condiciones requeridas; quizás puedas seguir apoyando, pero cuando te lo soliciten.
- Dejar de intentar: A veces es necesario parar todo, por diferentes causas, entre las cuales pueden estar la falta de recursos, pérdida de oportunidades o desaparición del problema o necesidad. Es complicado dejar inconcluso algo a lo que has dedicado tiempo y recursos, pero al final a veces detenerte, y repensar las cosas, puede aportar más a una solución de lo que tu crees.
Al final independientemente de la decisión que enfrentes, no debes olvidar que tu misión es solucionar un problema y aunque suene maquiavélico, a veces tienes que hacer lo que tienes que hacer, así te sientas mal en cualquier medida. Es necesario tratar de analizar estas decisiones aislando un poco las emociones y apuntando siempre a una solución con una visión objetiva; pero siempre manteniendo un nivel de respeto y confianza en tus capacidades de seguir y reintentar si es necesario.
¿Qué decisiones has tenido que tomar tu?, me gustaría que las compartieras en los comentarios.
¿Qué decisiones has tenido que tomar tu?, me gustaría que las compartieras en los comentarios.
0 Comentarios