Foto por alfredo-9 |
En ocasiones, la rutina nos nubla y nos evita detectar oportunamente las crisis y problemas debido a nuestra inmensa capacidad de adaptarnos. La costumbre hace que aceptemos como normales, aún las condiciones más difíciles y cuando deseamos hacer algo para resolver nuestros problemas, puede ser demasiado tarde. Tal y como le sucedió al sapo, nuestro ambiente puede complicarse de una manera tan lenta que no lo podemos percibir, por lo que podemos creer que somos perfectamente capaces de tolerar cierto nivel de incomodidad. Mientras más tardemos en resolver de manera definitiva un problema, la tolerancia tiende a aumentar; pero tolerar no es resolver y tarde o temprano nuestra resistencia se puede quebrantar y en ese momento te puedes encontrar frente a una crisis tan grande que te puede resultar complicado encontrar alguna idea o solución. Te quiero compartir algunos síntomas que pueden indicar que tu agua se está calentando y que puede ser necesario que actúes antes de que termines mal:
- Sientes una incomodidad crónica con una situación específica o quizás en tu vida en general.
- Tus amigos o familia te dicen que eres demasiado fuerte para estar en determinada situación.
- Te ves constantemente quejándote de lo mismo.
- A pesar de no estar en un alto nivel de actividad, te sientes cansado o te dicen que te ves así.
- Pierdes un poco la motivación para realizar ciertas actividades relacionadas con algo específico.
- Comienzas a ver mayor importancia en el lado negativo de las situaciones.
- Aumenta la procastinación (Postergar ciertas actividades por ejecutar otras más agradables)
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