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Quizás existan ideas que aparentemente no llevan a la solución deseada ni se ganen los elogios de tu equipo de trabajo; pero esas ideas son necesarias para experimentar y hacer pruebas y además para validar la solución o idea definitiva que esperamos encontrar. Nunca creas que una idea es ridícula hasta que hagas algo con ella.
Las ideas aparentemente ridículas o inútiles sirven para varias cosas:
- Permiten definir lo que se quiere y lo que no se quiere de la idea o solución definitiva.
- Generan oportunidades nuevas al ayudar a la provocación en nuestro proceso creativo.
- Disminuyen un poco la presión al permitir que el equipo divague un poco y se aísle momentáneamente del proceso creativo.
- Permiten expandir nuestra capacidad creativa planteando posibilidades aparentemente imposibles que facilitan la generación de ideas nuevas.
- Adicionan al proceso creativo variables que pueden no haberse tenido en cuenta.
- Permiten medir la confianza de tu equipo para proponer cualquier tipo de idea.
Al final solo me resta decir que todas tus ideas serán inútiles, si las dejas solo encerradas en tu cabeza. No limites tus capacidades y confía en que de todas las cosas que hagas puedes aprender algo y que de todas las ideas que tengas o que tenga alguien de tu equipo se puede obtener algo valioso para poder encontrar las soluciones adecuadas y las ideas esperadas.
Si quieres desarrollar un ambiente adecuado en el que la creatividad fluya correctamente, debes encontrar la forma de garantizar que durante un proceso creativo, todas las ideas que se generen se puedan aportar sin temor a burlas ni reproches; no te conviertas en asesino de ideas; antes de juzgar una idea y marcarla como ridícula o inútil, trata de obtener algo valioso de ella, como un nuevo punto de vista, un concepto no analizado, un criterio para validar la idea o solución definitiva etc.
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